¿Cómo hace para moverse para adelante esa culebra que no posee patas?
Pregunté a Leonardo, el hermano mayor que esos señores a los que llamaba
“PAPÁS” me regalaron, él era capaz de acallar todas las dudas que se gestaban
en lo más profundo de esa nuez a la que pomposamente llamo cerebro, “No lo sé”
exclamó, “pero hay maneras de saberlo”, alegre ante su respuesta le pregunté
sobre cuál era esa manera, “Observando” contestó, después de eso ambos
volteamos a ver a la pequeña culebra que se arrastraba por el pasto ¿Será
venenosa? Pregunté, “No sé” murmulló, después voltee a verlo de manera solemne
a la vez que le preguntaba ¿Conoces alguna manera de saberlo? Él se volteó y
acabó con la pregunta que le formulé con su respuesta “Claro, hacemos que te
muerda y después de un rato lo sabremos”, de nuevo su asombroso saber me
abrumada, después, de la nada se paró muy derecho y exclamó de manera
estruendosa un “¡YA SÉ¡ Observa como saca su lengua, de seguro eso hace que se mueva, la arroja fuera de su boca con tanta fuerza que su lengua
logra jalarla por completo”, yo no pude hacer otra cosa que juntar las manos de
manera veloz para generar “CLAPS CLAPS” ante su asombroso
poder de lograr responder a todo, no dudaba jamás de que Leonardo era el mejor
hermano mayor del mundo, él solo contaba con 4 años y yo 3, pero en lo personal, siempre fue sorprendente como lograba responderme a todo, hace pocas horas me acaba de
mandar una carta redactada con su puño y letra en la que me hace saber que huyó de la casa con su pareja
ahora embarazada, él acaba de celebrar sus 13 años, yo tengo 12, ¿No es sorprendente cómo pueden las personas parecernos seres supremos alguna vez y transformarse en seres tan tontos después?
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