Después de mi incapacidad para poder subir mi post lipográmico
ando con baja autoestima blogueril.
Un placer culposo son aquellas cosas que amas pero que ocultas
por el miedo al que dirán, yo, aunque se lea a cliché puberto no me importa
mucho la opinión de los demás en cuanto a gustos, pero si me he cuestionado
muchas veces porque me gusta tales cosas.
Mis grandes confrontaciones se encuentran en la música,
considero tener un buen bagaje musical ya que escucho de Botellita de Jerez
hasta Leonard Cohen, sin embargo, en el punto medio tengo agrupaciones que
podrían clasificarse como “placeres culposos”:
MIRANDA: Desde que escuché DON me gustaron, chulada de
guitarra con todo y el famoso solo de Lolo, pop sencillito y pegajoso, quizá
porque en esas épocas el pop estaba más que echado a perder y su propuesta era “novedosa”,
igual y son las voces agudas que se traducen en alegría y positivas según la
psicología de la música.
LUIS MIGUEL: Les juro que odio a Luis Miguel, se me hace el
mirrey más nefasto que ha existido en toda la faz de la tierra pero no me
pongan “Si no supiste amar” o “Palabra de honor” o alguna otra de sus rolas
porque ay ay ay. (Como dato: “El Sol de México” es puertorriqueño, no mexicano,
de nada)
CALÓ: Se me hacen producto del surrealismo de aquellos ayeres
pero de igual manera me parecen ridículos como sus canciones, pero que cagados
eran.
“Un día en una rifa me saqué un viaje en crucero y dije “Oh
my God” eso es pá gente de dinero”
ONE DIRECTION: Por azares del destino fui a parar a un lugar
de trabajo en el que casi diariamente ponen canciones de One Direction y me di
cuenta de que eran un “guity pleasure” cuando al ir a orinar siempre tarareaba “Live
While We’re Young”, no se rían, oriéntenme L.
Esos 4 son los que más amodio y los que más ganas me dan de
pegarme un buen golpe en la cara con la mano empuñada, pero ahhh, son un placer
culpable que disfruto…